
Guía básica para la gestión de los residuos
La correcta gestión de los residuos generados es uno de los escollos principales que se encuentra una organización que quiere certificarse en ISO 14001 o en el Reglamento EMAS, o simplemente cumplir con la legislación ambiental vigente y evitar sanciones.
Aquí te damos un esquema muy genérico de los puntos que debes tener en cuenta para poner en pie el sistema de gestión de residuos de tu organización. No vamos a entrar en detalles, porque somos conscientes de que hay tantas particularidades que nos darían para una tesis doctoral. Pero sí que están todos los hitos que debe seguir para desarrollar tu sistema, adaptado a las particularidades de tu actividad y a los residuos que ella genera. Obviamente, los residuos no serán igual si trabajas en un hospital o en una oficina, pero en ambos casos tendrás que hacer las mismas cosas con ellos.
Empezamos con definiciones básicas:
1. Residuo:
Cualquier sustancia u objeto perteneciente a alguna de las categorías que figuran en el anexo de la Ley 10/1998, de 21 de abril, de Residuos, del cual su poseedor se desprenda o del que tenga la intención o la obligación de desprenderse. En todo caso, tendrán la consideración aquellos que figuren en el Catálogo Europeo de Residuos aprobado por las instituciones comunitarias. No tendrán la consideración de residuos aquellos materiales, objetos o sustancias usados cuyo destino sea la reutilización.
2. Residuos peligrosos:
- Aquellos que figuran en la lista de residuos peligrosos aprobada en la legislación estatal.
- Los que, sin estar incluidos en la lista citada, tengan tal consideración de conformidad con lo establecido en la normativa estatal.
- Los que hayan sido calificados como peligrosos por la normativa comunitaria y los que pueda aprobar el Gobierno de conformidad con lo establecido en la normativa europea o en convenios internacionales de los que España sea parte.
- Los recipientes y envases contaminados que hayan contenido residuos o sustancias peligrosas.
3. Residuos no peligrosos: Aquellos no incluidos en la definición del apartado anterior.
Existen otros tipos de residuos pero como hemos dicho no vamos a entrar en ellos, ya que buscamos una guía básica para la gestión de residuos y para todas las actividades.
De forma esquemática, las actividades que debes seguir:
1. Caracterización de los residuos que se producen: todo empieza aquí. Lo primero que tienes que saber es cuáles son los residuos que genera tu actividad.
2. Definición de las actuaciones en función del tipo de residuo: una vez que sabes cuales son los residuos, tienes que definir qué se hace con ellos, en función de si son peligrosos o no peligrosos.
3. Las líneas básicas de la gestión de los residuos no peligrosos generados durante el desarrollo de las actividades:
- Segregación en origen y acumulación: En cada punto de generación de residuos no peligrosos deben estén ubicados los contenedores adecuados.Dichos contenedores están perfectamente identificados, de modo que no quede duda del tipo de residuo que se debe depositar en él.Posteriormente se traslada a puntos intermedios la basura considerada como asimilable a urbana.Diariamente se llevan los contenedores al vertedero establecido. Nunca se mezclan residuos de distinto tipo en el mismo contenedor.
- Almacenamiento: El almacenamiento de los residuos no peligrosos debe el periodo establecido por el Ayuntamiento en el que desarrollas tu actividad. Las zonas de almacenamiento de residuos permanecen debidamente identificadas prohibiendo la entrada a toda persona ajena.Nunca se realiza la entrada de suministros a la vez que la evacuación de basuras hacia el depósito final de residuos, realizándose un control de limpiezas de las instalaciones destinadas a esta función.
- Entrega de los residuos no peligrosos: Entrega de los residuos no peligrosos al Ayuntamiento, pagando la tasa correspondiente.
- Seguimiento y medición: Seguimiento de la cantidad de residuos no peligrosos generados.Te recomendamos un seguimiento de la cantidad de residuos no peligrosos generada, a través del control de las cantidades retiradas por el gestor, indicadas por ejemplo según el número de contenedores que se recogen al año.
– Seguimiento de la adecuada gestión de los residuos no peligrosos.
Igualmente, te recomendamos un seguimiento de la correcta gestión realizada a los residuos no peligrosos, analizando dicha gestión en relación con Requisitos legales y otros requisitos aplicables.
Cuando detectes un fallo en la gestión realizada, abre el correspondiente Informe de No Conformidad, para posteriormente analizar las causas de dicho fallo y definir las medidas (acciones correctivas necesarias) para que no se vuelva a repetir.
4. Las líneas básicas de la gestión de los residuos peligrosos generados durante el desarrollo de tu actividad:
- Identificación: Tanto los residuos peligrosos como la actividad que los genera deben ser identificados.
- Segregación y acumulación: Los diferentes tipos de residuos se segregan y acumulan en envases separados sin mezclarse.
- Envasado
Estos envases que se establecen para el almacenamiento de residuos peligrosos y sus cierres tienen las siguientes características:
- Están realizados e ideados de forma que se evite cualquier pérdida de contenido.
- Su construcción es tal que los materiales que los constituyen no son susceptibles de ser atacados por el residuo peligroso, ni de formar con éste combinaciones peligrosas.
- Son lo suficientemente sólidos y resistentes como para poder aguantar con seguridad las manipulaciones necesarias.
- Se mantienen en buenas condiciones, es decir, sin defectos estructurales y sin fugas.
Dichos envases no son sometidos a presiones mecánicas que comprometan su integridad durante el depósito, traslado o transporte. Cuando se rompe el envase, se vuelven a reenvasar.
- Depósito intermedio
Se dispone de lugares para el depósito intermedio de los residuos peligrosos.
Nunca se realiza almacenamiento intermedio en estancias en las que se realizan actividades susceptibles de interaccionar con ellos, ni en zonas de paso, pasillos, ascensores ni fuera de los locales habilitados con este fin.
Las bolsas u otros envases no se amontonan en el suelo, si no que deben depositarse en sus propios soportes o en los contenedores utilizados para el traslado interno hasta el final.
La evacuación de los contenedores de residuos desde el depósito intermedio se realiza con la periodicidad adecuada.
Los locales utilizados para el depósito intermedio debe ser:
- De fácil limpieza.
- Estar ventilados.
- Los suelos no tienen ángulos ni otros impedimentos.
- Cerrados o bajo constante supervisión por parte del personal con responsabilidad para ello
- Señalizados con el texto “Área de depósito de residuos. Prohibida la entrada a toda persona no autorizada”, visible desde todas las direcciones.
- Disponen de los equipos y productos adecuados para las labores de limpieza y desinfección del área en caso de vertido o derrame de residuos.
- Traslado interno
El traslado interno se realiza de forma que se evita cualquier riesgo para el personal, los visitantes…
Los envases se trasladan convenientemente cerrados, de manera que en ningún momento los residuos quedan al descubierto. No se utilizan trampillas ni bajantes ni otros sistemas que puedan afectar la integridad de los envases.
Los envases nunca son arrastrados por el suelo ni se realizan trasvases de residuos de un envase a otro.
Los carros o contenedores móviles utilizados son de uso exclusivo, con paredes lisas, sin elementos cortantes o perforantes, de materiales resistentes a la corrosión y a los diferentes químicos. Los carros se limpian periódicamente mediante sistemas convencionales. Con una mayor periodicidad, y siempre que se haya producido alguna rotura o fuga de los envases, se realiza una desinfección profunda del carro. El diseño de los carros o contenedores y su forma y grado de llenado impide la caída de los envases durante el transporte.
- Etiquetado
Los recipientes / envases de los residuos peligrosos están etiquetados de forma clara, legible e identificable, al menos en la lengua oficial del Estado. La etiqueta se fijará firmemente sobre el envase, retirando, si es el caso, etiquetas anteriores que puedan inducir a error.
El material de la etiqueta será adherente en su dorso, de papel para almacenamiento interior o plastificado para almacenamiento exterior. En la etiqueta, de fondo blanco y letras negras, como mínimo figura: código de identificación del residuo; fecha de inicio del envasado; naturaleza de los riesgos que presenta el residuo mediante pictogramas. Los pictogramas utilizados dependerán de la naturaleza de los riesgos
La etiqueta se coloca en el momento en que se inicia el envasado o en el momento en el que el residuo peligroso individual que no se envasa se lleva al lugar en el que se depositan los residuos peligrosos.
- Depósito final
Las zonas de almacenamiento de contenedores de residuos peligrosos:
- Están cubiertas y con suelo impermeable.
- Con superficies fáciles de limpiar.
- Alejadas de ventanas y rejillas de aspiración de sistemas de ventilación.
- Dotadas de medios de extinción de incendios.
- Con vías de acceso sin escalones y de pendiente máxima inferior al 5% y de fácil utilización por los vehículos de trasporte.
- Todas las aberturas al exterior están protegidas con dispositivos eficaces para evitar el acceso de insectos, roedores, aves u otros animales.
- Están señalizadas con el texto “Área de depósito de residuos. Prohibida la entrada a toda persona no autorizada”. La señalización es visible desde todas las direcciones.
- Dispone de los equipos y productos adecuados para las labores de limpieza y desinfección del área en caso de vertido o derrame accidental.
- Registro y retirada / traslado a un centro gestor
Sólo entregarás residuos peligrosos a transportistas o gestores autorizados para cada residuo peligroso.
La retirada de los residuos peligrosos conlleva el siguiente proceso:
- Solicitud de aceptación de residuos peligrosos.
Solicita un compromiso documental de aceptación de la transferencia de titularidad por parte del gestor, por cada uno de los residuos peligrosos producidos.
- Obtención del Documento de Aceptación de los residuos peligrosos.
La obtención de estos documentos es un requisito imprescindible. Los documentos de aceptación se conservan durante cinco años.
- Notificación previa de traslado de residuos peligrosos.
El Gestor notifica la retirada de los residuos peligrosos al organismo correspondiente.
- Obtención de los Documentos de Control y Seguimiento o Documento A (“hoja de control de recogida”) en caso de aceites usados.
Estos documentos se obtienen por cada entrega de residuos peligrosos y para cada tipo de residuo peligroso gestionado.
Se conservará para su archivo un ejemplar de los siete que posee el documento, dos de ellos se envían a la Comunidad Autónoma y se archiva el acuse de recibo conservándolo durante cinco años.
Las cuatro copias restantes se entregan al transportista para que acompañen al residuo hasta su destino.
- Registro de los residuos peligrosos generados.
Mantén un registro actualizado de los residuos que son retirados, Esto constituye el registro de residuos peligrosos requerido por la legislación vigente.
- Seguimiento y medición
Te recomendamos hacer un seguimiento de la cantidad generada de residuos peligrosos y de la adecuada gestión de los residuos peligrosos.
Cuando detectes un fallo en la gestión realizada, abre el correspondiente Informe de No Conformidad, para posteriormente analizar las causas de dicho fallo y definir las medidas (acciones correctivas necesarias) para que no se vuelva a repetir.
Pues esta es la guía básica de gestión de los residuos, esperamos que te sea útil y si es así nos lo hagas saber, nos encanta conocer vuestras opiniones.